¿Lleva a cabo una retroalimentación efectiva que permite a los estudiantes mejorar sus aprendizajes?
A muchos de ustedes les parecerá conocida esta pregunta, sobre todo si han sido parte o están en estos momentos cursando la Carrera Docente. Esta pregunta proviene del criterio C del Marco para la Buena Enseñanza (MBE). Se enfoca principalmente en la capacidad de los docentes para evaluar el aprendizaje de todos los estudiantes, ajustando su enseñanza a partir de la información que recoge. Dentro de los sub-criterios está la capacidad de retroalimentar de manera efectiva, pero ¿qué significa realmente esto?
Entenderemos la retroalimentación como el centro o núcleo de Evaluación Formativa (EF) o Evaluación para el Aprendizaje (EpA), ya que el uso formativo que le damos a la evaluación es clave para la retroalimentación efectiva. Con esta evidencia el profesor/a puede identificar y sobre todo compartir con el estudiante, el nivel de avance que está teniendo en su aprendizaje y también para que el profesor identifique el grado de eficacia de sus actividades (Documento MBE, Jornada 2018).
Según el MBE Criterio C.3, un profesor/a es destacado/a cuando:
"A partir de la evaluación sistemática y continua durante el proceso de aprendizaje, el/la docente ajusta su enseñanza oportunamente y monitorea la efectividad de estos ajustes. Además, entrega información a los/as estudiantes para que mejoren sus aprendizajes y monitorea el uso que ellos/as dan a la retroalimentación que han recibido". (MBE, 2018).

Profundicemos un poco más en lo que es la retroalimentación, la entenderemos como "una intervención pedagógica que se vale de información evaluativa para orientar a las y los estudiantes sobre qué pasos dar para seguir aprendiendo" (Documento Evaluación Formativa en el Aula). Todos estamos de acuerdo en que los estudiantes requieren de información valiosa para saber dónde se encuentran en su trayectoria de aprendizaje hacia el logro del objetivo de una actividad, unidad o incluso un objetivo anual. Pero la sola entrega de esta información no es suficiente para avanzar. Para que nuestra retroalimentación sea realmente efectiva, deberá incluir ciertas características: "Ser clara, descriptiva respecto del aprendizaje que se espera lograr y, por tanto, referida a criterios" (William 2011 en Evaluación formativa en el aula).
¿Qué dice nuestro Reglamento de Evaluación al respecto?
Nuestro reglamento declara lo que debemos propiciar al momento de retroalimentar a nuestros estudiantes:

- Describir lo que han logrado los estudiantes y cómo puede mejorar.
- Focalizarse en el trabajo del estudiante (tu trabajo, tu respuesta).
- Enfocarse en la meta principal.
- Permitir que el estudiante sea quien corrija y solucione su error.
- Entregar retroalimentación oportunamente.
- Usar varias formas de retroalimentación escrita, oral, individual o grupal.
De la misma forma, declara lo que debemos evitar al momento de retroalimentar a nuestros estudiantes:

- Entregar solo correcciones, notas o premios.
- Focalizarse en el estudiante y no en la tarea ("eres muy bueno o talentoso").
- Abordar varias metas a la vez.
- Solucionar el problema o corregir el error por el estudiante.
- Entregar la retroalimentación cuando ya no es posible utilizarla.
- Usar solo una forma de retroalimentación.
¡Recuerda... ni muy cerca... ni muy lejos!

¿Mantienes a tus estudiantes en la zona de aprendizaje?
¿Recuerdas realizar mediaciones y andamiajes para movilizarlos a esta zona?
Te preguntas en clases: ¿Cuántos de mis estudiantes están en zona de pánico o muy cómodos en su zona de confort?
El desafío es grande, pero no por eso inalcanzable.
Daniela Pizarro - Coordinadora Académica
Comunidades de Aprendizaje 2020