¡Evaluación mucho más que una nota!

Esta
lectura tiene como fin comprender el uso formativo o pedagógico de la
evaluación en aula y así enriquecer las prácticas evaluativas al interior del
aula, para promover y mejorar los aprendizajes de nuestros
estudiantes.
¿Para qué evaluar?
Así como los navegantes requieren de brújulas y otros instrumentos para ajustar sus rutas de navegación y asegurar su llegada a su destino, profesores y estudiantes necesitan saber cuáles son los objetivos de aprendizaje que desean lograr y a su vez, contar con instrumentos de evaluación que les brinden información sobre cómo van progresando hacia ellos y cómo ajustar lo que están haciendo para ir acercándose al objetivo o meta final. Es por ello que destacamos la importancia de la evaluación que se desarrolla dentro del aula (en aula) y cómo ésta debe ser parte de la vida cotidiana en las escuelas.
¿Qué es la evaluación en el aula?
La evaluación en aula comprende tanto acciones planificadas previamente como aquellas que surgen en el momento de la interacción pedagógica con y entre estudiantes, evaluaciones con y sin calificación, integrativas (reúnen varios aprendizajes en una sola instancia evaluativa) o focalizadas (que evalúan aspectos específicos de cierto aprendizaje). Es decir, la evaluación en aula, no se restringe a ningún tipo de situación, metodología, estrategia, técnica o instrumento. Abarca una gran variedad de éstos, como preguntas, diálogos o discusiones en clase, entrevistas, portafolios, pruebas escritas, orales, observaciones y monitoreos de aula, proyectos y diversos tipos de desempeños y productos.
"La evaluación en aula se entiende como una amplia gama de acciones lideradas por los docentes, para que tanto docentes como estudiantes, puedan obtener evidencia sobre el aprendizaje e interpretarla para tomar decisiones que permitan promover el progreso del mismo y fortalecer los proceso de enseñanza" (Evaluación formativa en el aula)-
¿Con qué propósitos se realiza?
Propósito formativo: cada vez que utilizamos la evaluación para monitorear y acompañar el aprendizaje de nuestros estudiantes, es decir, cuando la evidencia se obtiene, interpreta y usa por los docentes y estudiantes para tomar decisiones sobre los siguientes pasos en la ruta de aprendizaje de un estudiante.
La evaluación diagnóstica a veces es considerada como un propósito aparte, sin embargo, la podemos entender como una evaluación formativa, ya que permite identificar el lugar en que se encuentra cada estudiante es su trayectoria hacia el logro de un aprendizaje.
Propósito sumativo: cuando se utiliza para certificar aprendizajes logrados, lo que generalmente se comunica a través de una calificación numérica. Tanto la forma en que se diseñe una evaluación sumativa, como la forma en que se comuniquen sus resultados, pueden usarse formativamente, por lo que no las hace excluyentes entre sí.
¿Cómo se relaciona la evaluación con la enseñanza - aprendizaje?
Toda evaluación, ya sea con propósito formativo como sumativo, sirve para retroalimentar la enseñanza y el aprendizaje. Cada vez que un docente analiza una evaluación, por ejemplo, una prueba calificada, el docente debe hacer ajustes en la planificación, ya que los resultados de la evaluación ponen en manifiesto lo logrado y no logrado por los estudiantes, por lo que se deben abordar nuevamente ciertos conocimientos y/o habilidades.
Es fundamental comenzar a darle un mayor uso pedagógico a la evaluación. De esta manera, la evaluación formativa debiera ser imprescindible en las aulas, y tanto ésta como la sumativa, utilizarse mayoritaria y sistemáticamente para reflexionar sobre el proceso de enseñanza - aprendizaje y tomar decisiones pedagógicas pertinentes y oportunas luego de dicha reflexión. Todo esto con el fin de promover el progreso del aprendizaje de todas y todos nuestros estudiantes.
Por consiguiente, lo que se promueve es que toda evaluación que se realice en los establecimientos educacionales - tanto las diseñadas por docentes como aquellas estandarizadas escogidas por los directivos - sirva y se utilice para la reflexión y la toma de decisiones pedagógicas, con el fin de ajustar la enseñanza, estrategias y actividades ya planificadas y movilizar a los estudiantes desde un punto a otro.
(Fuente: Evaluación formativa en el aula).
¿Cuándo Evaluar?
Evaluaremos cuando podamos asegurar que el estudiante recibirá retroalimentación efectiva y oportuna sobre el proceso que está en curso.
Evaluaremos siempre que se resguarde la coordinación con otras asignaturas y otros eventos evaluativos. Esto debido a que la sobrecarga de evaluaciones, impide que el estudiante muestre su mejor desempeño.
Tener practicas evacuativas más constantes, que se implementen en varios momentos del aprendizaje, no significa, poner más notas o tener más calificaciones. Evaluar es mucho más que poner notas. Evaluar es recoger evidencia sobre el logro de los objetivos de aprendizajes esperados, para poder realizar análisis y llegar a conclusiones pedagógicas fundadas. (Fuente: Infografía Mide UC, 2020).
Parte fundamental de la calidad de la evaluación radica en la coherencia de las decisiones que tomamos a la hora de diseñarla, implementarla y usarla. Esta coherencia debe procurar responder a 4 preguntas fundamentales: para qué - qué - cómo - cuándo.
Caso 1: Evaluación diagnóstica (sin calificación).

Caso 2: Evaluación de Unidad o de un OA (podría ser calificada).

Caso 3: Evaluación del proceso (sin calificación).

(Fuente: Casos adaptados de infografía Mide UC, 2020)
Entonces, tomar definiciones respecto de cuándo evaluar y con qué frecuencia hacerlo dependerá de:
- Qué esperamos hacer con la información que nos entregue la evaluación, es decir, para qué ocuparemos esta información.
- Qué queremos evaluar, por ejemplo, resultados finales del proceso, avances parciales durante ese proceso, habilidades y conocimientos de entrada a un proceso de aprendizaje.
- Cómo vamos a recoger la evidencia del aprendizaje, esto es, qué instrumentos, procedimientos o dispositivos de evaluación utilizaremos y son pertinentes.
Tener la claridad suficiente de estas 4 preguntas fundamentales al planificar el proceso de enseñanza, será clave para movilizar a los estudiantes de un punto inicial a una meta final propuesta para ellos.
Video para activar conocimientos previos respecto de algunas estrategias de evaluación formativa.
Fuente: (Agencia de la calidad, 2020).